Debería saltar a la vista que se trata de un dragón, hecho sobre un taco de madera de castaño de diez centímetros de grosor y tamaño algo mayor que un folio.
En un primer momento iba a llevar patas y estaría posado sobre la rama de un árbol, pero durante el proceso llegué a la conclusión de esto le quedaría entre muy mal y fatal, así que se quedó como levitando y con el rabo encogido.
Lo del rabo tuvo su gracia; pues mientras me cagaba en muchas cosas para tallarle la cresta en la parte de atrás (más o menos se puede apreciar en las fotos que no toca la base) en algún libro leí lo de la técnica de romper hacer la forma y encolar, lo cual me dispuse a hacer alegremente sin ser consciente de lo bien que lo iba a pasar sujetando la pieza mientras no se secara la cola. Después vinieron otras roturas accidentales enmarcadas dentro de una especie de epopeya tragicómica.
También estuve a punto de acabar de separarlo de la base, pues solo está unido a esta por una pequeña parte de la espalda, pero:
- No tenía forma de posarlo, pues carecía de patas
- Colgado quedaría ridículo
- Tendría que tallarle la espalda y ya estaba un poco cansado del bicho
Un buen samaritano compró esta talla para engarzarla en el dintel de una puerta.
Para darlle un pouco de realismo podías colocarlle tamén un soplete con depósito de gas para poder lanzar lume pola boca, xD. A talla está moi lograda (podo dicilo xa que a vin en persoa).
ResponderEliminarO do soplete estuvo na primeira versión da obra, pero surxiron unha serie de problemas que acabaron con un dragón queimado.
ResponderEliminarA versión definitiva (que se ve na foto) e algo máis descafeínada, pero non tende a arder.