La historia de este trozo de madera es larga y triste: Se trataba del recorte sobrante de una encimera para un mueble de baño, parece ser que esa parte de la tabla estaba donde debía ir la cubeta del grifo, con lo cual el inmisericorde operario procedió a recortarla y tirarla al cajón de los trozos de madera sobrantes, de donde yo, intrépidamente, la rescaté (me gusta imaginar que en esta parte de la historia yo iba a lomos de un corcel blanco, por eso de la épica...).
El caso es que el trozo de madera redondo se hartó de deambular durante años por el taller, pues no sabía muy bien que hacer con el, hasta que en una epifanía... en realidad vi por internet un dibujo del iggdrasyl (que por lo visto es el árbol de la vida en versión celta) que le iba al pelo, y tal que así lo hice.
Tallé el árbol de una forma muy esquemática porque me gustaban los efectos que hacen las vetas tan marcadas del roble sobre las formas del relieve...
Datos técnicos:
Madera de roble tallada, teñida y encerada.
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