Uniendo dos maderas tan nobles y contrastadas como el roble y el mongoy, se dota al colgante de una doble personalidad, clara y amigable para el día (el roble), y oscura y peligrosa para la noche (el mongoy)
Datos técnicos:
Roble y mongoy pegados, recortados, tallados y barnizados en su justa medida.
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